La muerte del joven camillero Emauel García, quien
falleciera al intentar salvar a un paciente psiquiátrico que intentaba
suicidarse desde la terraza del Hospital Posadas arrojándose al vacío –y arrastrando a Emanuel-
no puede ser adjudicado a un
“accidente laboral” sino que resulta ser
un crimen social y sanitario que terminó por cobrar la vida del paciente y el
trabajador.
Los propios testimonios que describen la tragedia hablan
por sí solo sobre el desguace que la Salud Pública y Mental está atravesando en
las unidades hospitalarias públicas, especialmente de la Provincia de Buenos
Aires (aunque el Hospital Posadas depende del Estado Nacional), en gran parte
promovido desde las presuntas leyes progresistas en el campo de la Salud Mental
que el Gobierno kirchnerista se anota como un poroto de “la Década Ganada”. Durante
la madrugada del jueves 13, el paciente arribó
a la Guardia Médica del Hospital Posadas, acompañado de sus familiares,
padeciendo un cuadro de crisis aguda. Fue inmediatamente derivado a la Guardia
Psiquiátrica, la cual está ubicada en el séptimo (y último) piso del Hospital,
con una terraza lindante! En un descuido y sin las garantías mínimas
necesarias, el paciente logró ingresar a la terraza donde se produjo el trágico
desenlace.
El dato es que de acuerdo a la denuncia de los
trabajadores y profesionales del nosocomio -que horas posteriores ocuparon y
pararon el Hospital, además de cortar la Autopista Ricchieri como señal de
protesta- la muerte de Emanuel (y el paciente) resultó ser una “Crónica de una
Muerte Anunciada”: ya se habían producido hechos similares que obligaron a los
trabajadores a exigir a las autoridades trasladar la Guardia Psiquiátrica del
Séptimo Piso al Planta Baja, lo cual fue desoído por los directivos del
Hospital por “falta de espacio”. Cabe mencionarse que el intento de auxilio de
Emanuel no correspondía a sus tareas formales ya que desempeñaba como
camillero; los trabajadores denunciaron además que “las puertas de acceso a la terraza estaban libres” (en una Guardia
Psiquiátrica lindante a una terraza en un séptimo piso!) y que “hay un hermoso edificio adelante pero no se
resolvieron las condiciones de trabajo
del servicio de rehabilitación y psiquiatría… faltan insumos y
equipamiento…aunque las ventanas tienen rejas, no hay servicio de internación
psiquiátrica específica” (Clarín,
14/11/14).
La Ley Nacional de Salud Mental, aprobada en el año
2010 y reglamentada el año pasada
–venerada tanto por el kirchnerismo como por casi todo el arco “progresista”- insta
al cierre de los hospitales monovalentes de Salud Mental (comúnmente llamados
“neuropsiquiátricos”) y a efectuar las internaciones psiquiátricas en los
hospitales generales “con recursos
necesarios” (Art. 28, Ley 26.657 ). De hecho, el Gobierno Nacional en su
Plan de Salud Mental ha fijado el año 2020 como plazo final de cierre de los
hospitales monovalentes. Mientras muchos pretendían insinuar que la Ley abriría
las puertas de la “desmanicomialización”, desde estas páginas anticipábamos que
en nombre de una presunta reforma se profundizaría el ajuste y la privatización
de la salud pública y mental.
En el artículo “Hecha la Ley, Hecha la Trampa” (Prensa Obrera 02/12/10 - ver versión completa en link http://www.po.org.ar/noticia/ley-nacional-de-salud-mental-hecha-la-ley-progre-hecha-la-trampa-privatista) , cuatro años atrás,
advertíamos algunas consecuencias del cierre gradual de sectores de internación
psiquiátrica en monovalentes y el traslado de las mismas a hospitales
generales, “…la situación planteada al día de la fecha resulta ser la manifiesta
situación de colapso de los hospitales generales (y no sólo monovalentes) en
todo el país. Los "recursos necesarios" librados a la
"interpretación" de los gobiernos capitalistas provinciales y
municipales (sumado al Estado nacional) en la perspectiva del traspaso
planteado directamente abriría una instancia de agravamiento de la atención en
la red hospitalaria, particularmente en lo que se refiere a la asistencia de
pacientes psiquiátricos internados…”
Al “día de la fecha”, y de acuerdo a lo
denunciado por los trabajadores, lo que prevalece en el Hospital Posadas es
precarización laboral, jornadas extenuantes para enfermeros y otros
profesionales y un derrumbe edilicio. El carácter tragicómico de las muertes
también juega su papel: el actual Director del Hospital Posadas, el confeso
kirchnerista Donato Spaccavento, al
momento de asumir como Secretario de Salud del entonces Jefe de Gobierno Jorge
Telerman, había declarado en una entrevista a Página/12 en el año 2006 “Quisiera que se recuerde mi gestión como la que
terminó con los manicomios en la ciudad de Buenos Aires…me gustaría que la
gente se acordara de mí diciendo: ´El Tano Spaccavento pasó a la gente de los
manicomios a la comunidad”. (Página/12, 23/03/06).
Hernán Scorofitz
Excelente analisis, una vez el colapso sanitario salta por la pata mas floja. El htal Melchor Romero cerro sus puerta para la guardia, provocando el colapso del sistema regional, pero la ley avala internaciones en htales generales claro, que se encuentran igual o peor que los neuropsiquiatricos. Estamos ante tentativa del colapso ya en carne propia, que no paguemos los trabajadores su menosprecio por la salud publica.
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